lunes, 1 de octubre de 2007

la vuelta de un ido... (el texto: 15)

Quince años, maravillosa edad donde comienzan los sueños. Te invito a disfrutarlos conmigo. 21 hs. Jardín Japonés. Elegante sport.

Estamos por salir. Ya estuve en el Jardín Japonés y es un lugar hermoso. ¿Cuánta plata le saldrá al padre de Lucía una fiesta así? No me imaginaba que tenía tanta plata.

La mamá de Nico nos junta a los dos, peinados de saco y corbata, aprieta el disparador, el flash nos quema los ojos.

-Esperen, una más.

El papá de Nico parece enojado. No le gusta que yo me junte con su hijo. Nico tiene una corbata de Racing y la mía es de Tom y Jerry. El padre de Nico insistió en hacerle usar una corbata de hombre, pero no lo convenció.

Llegamos a un salón lleno de gente, de mesas con centros de mesa y manteles blancos. Todas las chicas con vestidos largos y zapatos; los chicos, traje o pantalón de vestir; con Nico nos miramos a los ojos y por una vez estamos en regla.

Aparece el Negro. Flaco, petiso como siempre, y ahora, con cara de perdido nos sonríe desde lejos.

-¡Negro sucio!... ¿En alpargatas?

-¿Cómo te dejaron entrar así?

-Y por qué no me van a dejar, si tengo corbata...

Nos reímos sin parar. El Negro en alpargatas, unos jeans, corbata gris y un saco del padre.

-Sos un Negro sucio...

Nico tentado, sólo habla para decir lo negro que es el Negro, y el Negro empieza a ponerse colorado, se lo veo en la cara. Sabe que cuando lleguen los demás se van a prender en la joda, pobre Negro.

Aparecen Horacio y Gastón.

-¡Negro, viniste en alpargatas, si la mamá de Lucía te ve, te mata!

-Jaja, en alpargatas. Sos un grasa, Negro...

El Negro respira hondo y se apagan las luces. Nos sentamos a la mesa, se prenden unos reflectores, suena una canción romántica y entra Lucía. El Negro aprovecha para molestar a Nico:

-Mirá, se vistió así para vos...

-Callate Negro alpargata.

Gastón y Horacio se ríen, mientras Lucía, en el medio de la pista, baila el vals con su papá.

-No es el papá, es el novio de su mamá.

-Es lo mismo, después de él vas vos, Nico.

Nico sabe que en algún momento tiene que sacarla a bailar, pero no está seguro de cuándo. El Negro trata de convencerlo de que la saque lo antes posible.

-Tenés que ir después del hermano menor.

Nico se levanta y parece decidido. Se acerca. El hermano de Lucía lo ve y le ofrece seguir con el baile. Nico y Lucía quietos para la foto y después se retoma el baile. Nico no sabe bailar. No flexiona las rodillas ni un poco, parece un robot, y además se nota que ella no gusta de él.

El baile no se termina nunca, nadie va a rescatar a Nico, y Lucía no sabe qué hacer. Termina el vals y ellos se miran a los ojos con cara de haber sido torturados, pero se alejan con una sonrisa.

-¡No la sacaron y me dejaron ahí como un idiota!

Ninguno se hace cargo de nada. Se apagan las luces y ponen música disco: todos salen a bailar y nosotros vamos a caminar por la pista. Nos cruzamos con Lucía y la saludamos.

-No me sacaste...

-No sé bailar...

-Nico tampoco pero igual me sacó.

Lucía gusta de mí y sus amigas esperan que yo esté con ella. Nico gusta de ella, pero me parece que él no espera nada, no se da cuenta o no le importa. Gastón siempre se mete con las más chiquitas. Ahora habla con la prima de Lucía que debe tener, no sé, once años, aunque la verdad es que parece más.

Un trencito de gente se lleva a Lucía y con el Negro salimos al parque. Afuera hay lagos, islas y puentes.

-De día se ven peces de colores, grandes como tarariras, pero no muerden.

Yo hablo, pero el Negro no me presta atención. Veo que se mira de lejos con una chica y parece que voy a quedarme solo. ¿Y Horacio?

La voz de Lucía desde atrás:

-Está charlando con Camila.

-Y vos por qué saliste, si es tu cumple.

-Para hablar con vos.

Desde la puerta dos de sus amigas nos miran y se ríen: se llevaron al Negro para dejarme solo con Lucía.

Vestida de blanco, se sienta junto a mí, los dos solos en la orilla de un lago artificial del Jardín Japonés. Seguro que ella piensa que todo está perfecto.

Nico se moriría por estar acá y yo quisiera cederle mi lugar, pero no puedo. Pero ella no tiene que darse cuenta de nada, su fiesta tiene que ser perfecta.

Charlamos un montón de tiempo hasta que le digo que va a perderse toda la fiesta, pero me dice que no podría estar mejor. Supongo que es el momento que ella elegiría para ser besada, así que la beso. Le acaricio la cara y la espalda mientras nos besamos sin que nadie nos vea. Estamos casi escondidos, en alguna parte del Jardín Japonés, sentados en un banco lejos de la fiesta.

De repente, junto a nosotros hay un tipo grande. ¿Será el padre de Lucía? Me doy vuelta y me ve. La mira a ella con cara de enojado.

-¿Viste a tu prima?

-No

-La estoy buscando, creo que la vi por acá...

Cuando el tipo se aleja, Lucía me dice que es su tío y que es muy celoso. Me da risa pensar en Gastón. Ahora se escucha un ruido y en seguida un grito: Gastón y la prima estaban a metros de nosotros y ni nos dimos cuenta. El hombre los descubre y les grita, Gastón corre por su vida y se mete en la fiesta. El tío arrastra a la prima hacia el salón.

-¡Lo voy a matar!... ¡lo voy a matar!... ¡Tiene diez años!

La música sigue mientras en la pista se forman dos grupos de gente. Algunos parientes de Lucía tratan de calmar al hombre. Le dicen que bebió demasiado, que trate de calmarse. Gastón es un fantasma, y el Negro no puede más de la risa, Nico igual. Voy hacia ellos. Un alivio alejarse de Lucía.

-Este siempre en quilombos...

-No parece de diez años, parece de más...

Se acercan dos señoras y le piden a Gastón que se vaya. Gastón acepta. Nosotros decimos que vamos a acompañarlo hasta la puerta, pero nos vamos con él. Cuando estamos afuera nos reímos todos juntos. Decidimos caminar por la zona. Nico, el Negro, Gastón y yo, los cuatro nos sacamos las corbatas, nos inspeccionamos la ropa y al parecer el que ahora está más cómodo es el Negro, contento de estar en alpargatas y pantalón de jean.

-¿Pasó algo con Lucía?

Parece que ella le importa después de todo.

-No, charlamos un rato, pero no pasó nada...

4 comentarios:

L ... dijo...

espontaneidad y frescura es algo intrínseco en ud y en sus letras, y me encanta.

PD: la feliciá volvió a internet.

primaverales Coqui...

COCOVICH dijo...

jaja ja qué cosa

Anónimo dijo...

lamento no pertenecer a la tribu fotologer... ya que no puedo escribir ahí... en fin.. le dejo mis saludos, si es que aún no se fue.

Anónimo dijo...
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